QUEMADURAS

 

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Las quemaduras involucran los daños en el tejido producidos por el calor, la sobreexposición al sol o a otra radiación, o el contacto con productos químicos o la electricidad. Las quemaduras pueden ser problemas médicos menores o constituir emergencias potencialmente fatales.

El tratamiento de las quemaduras depende del lugar y de la gravedad de la lesión. Las quemaduras solares y las escaldaduras menores generalmente pueden tratarse en casa. Las quemaduras profundas o extendidas requieren atención médica inmediata. Algunas personas necesitan tratamiento en centros especializados en quemaduras y meses de atención médica de seguimiento.

Clasificación según su la etiología:

Los agentes causales de las quemaduras son extremadamente variados y se agrupan en tres categorías principales: quemaduras térmicas, quemaduras químicas y quemaduras eléctricas.

Las quemaduras térmicas: las mas frecuentes (> 90 % de los casos), se clasifican en tres subgrupos: a) Quemaduras por contacto, que a su vez pueden ser con un sólido caliente ( en general limitadas aunque profundas) o con un líquido caliente (extensas pero algo menos profundas); b) Quemaduras por llama ( mas o menos extensas, pero casi siempre profundas) que, cuando se producen en espacios cerrados se asocian a menudo a lesiones pulmonares por inhalación de humos o substancias tóxicas producidas en la combustión ( monóxido de carbono, isoniacidas, cianuro, partículas en suspensión, gases a alta temperatura, etc.) y c) Quemaduras por radiación, fundamentalmente por los rayos ultravioleta tras exposiciones solares, también por radiaciones ionizantes.


Las quemaduras químicas: se pueden clasificar en; a) Quemaduras por ácidos, generalmente limitadas y de profundidad media siempre que hayan sido precozmente lavadas de forma abundante y b) Quemaduras por bases o álcalis, mas profundas que las producidas por ácidos y generalmente evolutivas. Un caso especial de quemadura química es la producida por ácido fluorhídrico, habitualmente muy profundas y dolorosas, y que requieren un tratamiento específico por quelación del agente causal con gluconato cálcico intralesional, vigilando la aparición de hipocalcemias severas.


Las quemaduras eléctricas: pueden ser de dos tipos; Quemaduras por flash eléctrico y quemaduras con paso de corriente a traves del cuerpo. En la quemaduras por flash eléctrico, cuando no existe paso de corriente a través del organismo, al producirse un cortocircuito, se producen temperaturas muy altas ( hasta 3000º C) de muy corta duración (milisegundos); la lesión es bastante superficial y afecta a las superficies corporales expuestas (cara, manos, etc...). Es posible en estos casos, la aparición de afectación corneal (queratitis actínica) que requerirá atención específica. En ocasiones se asocia a quemaduras térmicas al prenderse la ropa del accidentado.


Las quemaduras eléctricas con paso de corriente a través del organismo, son lesiones casi siempre muy profundas, en las que el porcentaje de superficie corporal quemada no es indicativo del daño real existente, dado que en los casos severos existen lesiones musculares, óseas, tendinosas, nerviosas y vasculares graves de la extremidad afectada; pueden asociarse a lesiones por electrocución.

Las quemaduras por llama y las escaldaduras por líquidos calientes: son las mas frecuentes en nuestro entorno geográfico. Las quemaduras afectan a pacientes de cualquier edad. No obstante el mayor riesgo de sufrir quemaduras corresponde a niños, sobre todo menores de 10 años, ocurriendo en el 80 % de estos accidentes infantiles en el domicilio del paciente. Es de resaltar que a pesar del predominio de quemaduras en la primeras décadas de la vida, se observa la tendencia en los últimos años a incrementarse el porcentaje de pacientes con quemaduras de mas de 70 años, lo cual puede deberse, entre otras razones, al envejecimiento de la población, con inversión de la pirámide de edad. Cuando se analiza la distribución por sexos de los pacientes atendidos en las unidades de quemados se observa un predominio de varones con una relación varones/hembras de 2 a 1. Se observan variaciones estacionales en la incidencia de quemaduras, así, en nuestro medio, son más frecuentes en los meses de invierno y, en menor medida, en verano que en el resto del año. Las razones para estas oscilaciones en la incidencia quizás el empleo de métodos de calefacción durante el invierno y los desplazamientos vacacionales durante el verano.


La extensión y profundidad de la quemadura, junto a la edad del paciente, etiología de la quemadura y lesiones asociadas constituyen los principales elementos que determinan la gravedad del paciente con quemaduras.

Clasificación según la profundidad:

La profundidad de la lesión se refiere a los distintos estratos de la piel y demás tejidos subcutáneos afectados, indica el grado de una quemadura. El grado por sí sólo no es sinónimo de gravedad.

Quemadura epidérmica (1º grado)la lesión afecta parcialmente a epidermis. 


Quemadura dérmica superficial (2º grado superficial): la lesión afecta a todos los estratos epidérmicos, chegando hasta a dermis papilar. No afecta a la dermis reticular ni a la raíz de los folículos pilosebáceos. Quedan islotes de células epiteliales en las crestas epidérmicas y en el interior de las glándulas y folículos para facilitar la reepitelización.


Quemadura Dérmica Profunda (2º grado profundo): la lesión afecta a todos los estratos epidérmicos, llegando hasta a dermis reticular. No afecta al tejido subcutáneo.

Sólo quedan viables algunas células epidérmicas que forman parte de las glándulas sudoríparas y de los folículos pilosebáceos. Las terminaciones sensitivas superficiales y están destruidas.

Quemadura subdérmica (3º grado): destrucción completa de todo el espesor de la piel, afecta a tejido subdérmico y otras estructuras (fascia, músculo, tendón, vasos, periostio). Las terminaciones nerviosas están destruidas y los anejos cutáneos (folículos, glándulas, etc.)



Complicaciones

Las complicaciones de las quemaduras profundas o generalizadas pueden ser las siguientes:

  • Una infección bacteriana, que puede ocasionar una infección en el torrente sanguíneo (sepsis)
  • La pérdida de líquidos, que incluye un volumen sanguíneo bajo (hipovolemia)
  • Una temperatura corporal peligrosamente baja (hipotermia)
  • Problemas respiratorios por la entrada de aire caliente o humo
  • Cicatrices o áreas estriadas producidas por un crecimiento excesivo de tejido cicatrizal (queloides)
  • Problemas óseos y articulares, como cuando el tejido cicatrizal provoca acortamiento y tirantez de la piel, los músculos o los tendones (contracturas)


Prevención

Para reducir el riesgo de sufrir quemaduras hogareñas comunes:

  • Nunca dejes de controlar los elementos que estás cocinando.
  • Coloca las manijas de las ollas hacia la parte de atrás de la cocina.
  • Nunca alces o cargues a un niño mientras estés cocinando.
  • Mantén todos los líquidos calientes fuera del alcance de los niños y las mascotas.
  • Mantén los electrodomésticos lejos del agua.
  • Controla la temperatura de los alimentos antes de servírselos a un niño. No calientes el biberón de un niño en el microondas.
  • Nunca uses ropa suelta que podría prenderse fuego mientras cocinas.
  • Si hay un niño presente, impide su acceso a fuentes de calor, como estufas, parrillas para exteriores, chimeneas y calentadores portátiles.
  • Antes de sentar a un niño en un asiento para automóvil, asegúrate de que las tiras o hebillas no estén calientes.
  • Desenchufa las planchas o los dispositivos similares cuando no estén en uso. Guárdalos fuera del alcance de los niños pequeños.
  • Cubre los tomacorrientes que no utilices con tapas de seguridad. Mantén los cordones y cables eléctricos ocultos para que los niños no los muerdan.
  • Si fumas, nunca lo hagas en la cama.
  • Asegúrate de que tener detectores de humo que funcionen correctamente en cada piso de tu casa. Contrólalos y cambia las baterías al menos una vez al año.
  • Ten un extinguidor de incendios en cada piso de tu casa.
  • Cuando uses productos químicos, siempre utiliza gafas o ropa de protección.
  • Mantén las sustancias químicas, los encendedores y los fósforos fuera del alcance de los niños. Utiliza pestillos de seguridad. Además, no utilices encendedores que parezcan juguetes.
  • Para evitar quemaduras, configura la temperatura del termostato del calentador de agua a menos de 120 °F (48.9 °C). Prueba el agua para el baño antes de sumergir a un niño.



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